martes, 4 de julio de 2017

Día 3 - Molina de Aragón - Albarracin (121 km's)

Confirmado, se me ha ido el pistón enganchando estas dos ciudades y podéis ir llamando a los psicólogos para decirles que ya no tengo solución. En su momento decidí parar en sitios que pueda visitar y ambas localidades, merecen ser visitadas, en especial Albarracin, chica pero con un encanto especial.

Este es uno de los tramos mas duros del Camino del Cid. He tocado techo de esta ruta, llegando a conseguir una altitud de 1746 metros sobre el nivel del mar y para los mas curiosos, esta etapa me ha salido un acumulado de 1956 (según strava). Desconozco si cuando esté de regreso camino a Granada rozaré esta altitud, lo que tengo claro es que las próximas etapas hay mas descenso que ascenso.

Empiezo bien temprano, las temperaturas mañaneras son agradables, ya no hace el frío del primer día y he adelantado la hora de levantarme. Hoy a las 7 estaba desayunando y sobre las 7:30 estaba ya dando las primeras pedaladas, dirección al Santuario de Ntra Señora de La Hoz, situado en mitad de unos tajos que impresionan verlos. Cualquiera que mire un mapa podría decir que doy un rodeo, pero pasar por estos tajos, sin coches,  oyendo el río, concierto en Chi mayor de un grupo de chicharras dándolo todo y a velocidad alta, hace de la decisión todo un acierto.


Hasta el km 17 todo es descenso y me planto en el desvío entre Torete y Lebrancón, tomo dirección a este último (Lebrancón) y como si de una etapa del Tour, tras 500 metros llanos, curva a derecha y rampas de las mas duras vividas hasta el momento. La ascensión dura no tendrá mas de 3 km's que se me hacen larguísimos, me recuerda la subida del Hotel del Duque de Granada. Pasado este feo tramo, sigue subiendo, pero ya mas tendido y pudiendo poner ritmo. La sorpresa me la llevo con olor a lavanda, campos llenos de lavanda, me acerco pero el sonido de las alas de las abejas hacen rehuir de mi intención de pillar un poco para mi.


Durante los primeros 60 km's hasta Checa, hay un pueblo que se llama así, no es que me haya ido pedaleando hasta la República Checa, aunque si me conocéis,  no os extrañeis que algún año busque alguna ruta por esos lares :-P.  Tras este inciso, este primer tramo es el mas complicado de todos, sobre todo por sus ascensiones, se necesita tener un mínimo de fondo para afrontarla con garantías. Constante sube y baja, rompepiernas y quemador si no se es perseverante.

Hago parada en Checa, son las 11:30 de la mañana, he llegado mas o menos previsto, aquí la gente normal para y al día siguiente sigue hasta Albarracin, yo como soy anormal (cayad mentes mal pensantes) compro pan directamente de Obrador, salchichón del típico de la zona y una botella de aquarius de las grandotas.  Antes de irme paso por el hostal para que me sellen el salvoconducto y tras la sorpresa del hostelero diciendole la etapa que estoy haciendo, marcho con unas recomendaciones para parar después de Checa y meterle gasolina al cuerpo.


A continuación de Checa, lo que me espera es llegar lo mas cercano del cielo de esta ruta, las subidas son como me gustan, tendidas pero con ritmo se sube, para los curiosos, mi media era entre 8 y 10 km's/hora. Las localidades de referencia son Orea (y no las galletas) y Orihuela del Tremendal, que atraviesa la Sierra del Tremendal, magníficos pinares y arboledas que hacen la acalorada ascensión en zona "refrescante". Esta zona tiene campings, campamentos, mesas para pasar el día... en general un lugar para perderse del mundanal ruido de la ciudad.


Consigo llegar a Bronchales, que paro a respirar, comerme otro plátano y reanudar.  No lo digo pero siempre que estoy en ruta, suelo comer pieza fruta o frutos secos cada hora y media, 2 horas. Hay que mantener el cuerpo con suficiente gasolina.

También se que tras Bronchales quedará un par de subidas y el resto será dejarse llevar, asi que con optimismo y, sabiendo que lo peor ya pasó, reanudo la marcha buscando Albarracin.

Llego ya siendo alrededor de la 4 de la tarde, justo entrar y toparme con el alojamiento que reservé, por lo que me pego una ducha que me deja como nuevo que hace que al tumbarme en la cama me quede en el mas plácido de los sueños.

A la tarde y para rematar el día de locura que llevo, le pego una pateada a la ciudad que ni yo se como estoy escribiendo estas líneas. Preciosa por todas sus calles, puedo decir que el esfuerzo mereció la pena. Todos los que me leeis, anotadlo en vuestro sitio de visita, una mañana o una tarde se ve. De ahí que esté catalogado como uno de los pueblos más bonitos de España.




Y para terminar, el video ruta del día.



4 comentarios:

  1. No tanto como los tuyos, me falta Mongolia y tu has rodado por allí, eso es de categoría, solo soy un mero principiante a tu lado :-P

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