Son las 8 de la mañana cuando empiezo la salida hacia Bilbao, salgo con muchas ganas y deseo de llegar cuanto antes, pero la ascension al Monte Avril, a 5 km antes de llegar a la ciudad me hace sudar la tinta, teniendo que llegar a poner el pié a tierra en unos 300 metros, de lo inclinada y lo difícil del terreno.
Tras la ascension al Monte Avril, me dejo caer por carretera, un descenso tan rápido que debo ponerme chubasquero para no pasar frío. En un santiamén me presento en la Iglesia de Begoña, primera gran iglesia que te encuentras al entrar.
Una vez en Bilbao, callejeo por el barrio viejo, visita fugaz a la Catedral y me dispongo a salir. Cojo carril bici, por cierto tienen un carril bici muy bien conectado con muchas partes, tanto que el GPS me lleva directamente Al Arenal, sin haberme percatado de haber pasado Portugalete.
La salida de Bilbao pasa como en todas grandes ciudades, muchas naves, industrias, coches y poca belleza que deleitarse. Asi cuando llego Al Arenal, me quedo ensimismado de las vistas y de la playa.
El camino discurre durante unos metros por encima un pasillo de maderas tipico de playa, que enganchará para subir unas escalinatas (50 peldaños mas/menos) para una vez arriba y tras recobrar la respiracion, yo ñas subí cargando de la bici a cuestas, disfrutar de una de las mejores vistas y recorrido hasta ahora. A partir de ahi el camino discurre por un camino "Barrio Covaron" que bordea los acantilados, vas viendo el mar romper. Una belleza en persona.
Pasado eso, en un plis y sin darme cuenta Castro Urdiales, otro sitio precioso, plagado de turismo. Gracias también a un motorista que me recomendó tirar por una pequeña Via Verde que llega a la localidad. Esta discurre por un tunel que me recuerda cuando rodaba por el Camino del Cid y la cantidad de tuneles fresquitos que pasaba.
En Castro Urdiales me recreo viendo la gente en la playa, pareciendo a un viejo disfrutar de las juventudes, habían colonias o grupo de chavales disfrutando de sus actividades de verano, haciendo reir a todos los viandantes por las locuras juveniles. Visito, por fuera, la iglesia mas famosa (Sta María de la Asuncion) por su ubicación y las vistas que tiene. Tras mi recreo busco un buen sitio para comer, que mejor debajo un arbol sobre cesped y deleitandome del placer del paisaje que tengo delante. Sin duda de las pocas cosas que cuesta la vida, contemplar el paisaje.
Tras comer y el descanso, me garantizo que en Santoña, lugar de destino para hacer noche hoy, haya sitio, pues sino pensaba quedarme en Laredo. Confirmadisimo que hay sitio, parece que he adelantado ya a todos los peregrinos y estamos solo 6 personas en todo el albergue.
Antes de llegar al albergue debo rodar sobre 25 kms mas, esta parte mas de lo mismo, carretera sin trafico y vistas no tan bellas como las anteriores pero siendo norte, el ver todo verde ya merece su belleza.
Hasta que llego a Laredo, diviso de fondo mi destino Santoña, me deleito de la hermosura de su extensa playa que tiene Laredo. Recuerdo viejos viajes que hice por la zona, esto es ya zona conocida. Encima tengo la suerte que por el paseo no hay casi nadie, media hora antes había caido tormenta, la cual me libré, y es un placer rodar mas rápido de lo normal por un paseo playero sin que nadie te mire con cara asesino.
Llego Al Puntal, fin de playa de Laredo para coger el barco que me lleve a Santoña, por 3'5€ (2€ pax. +1'5 bici) me cruzo 200 metros que sino lo hiciera asi, tendria que dar mucho rodeo. También lo uso como recreo del día.
Llegado a Santoña, fácil encontrar el albergue, barato y austero, como he dicho antes, sin nadie prácticamente cuando esta preparado para 40 pers. o mas. Asi que gozando de una habitación para mi solo, oyendo a los niños jugando en la plaza, os dejo para cenar y descansar.
Buen Camino lectores!
Agus, tómate unas anchoas de la zona. Ricas y seguro que te dan energía
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